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  • Tung & The Meaning of Life

    10.2.05

    PARÁBOLA DE LA PARRA




    Evangelio según San Luis
    Corrección de erratas acerca de la parábola de Adán y Eva.
    Parábola de la Parra

    Hallaban se Adán y la hermosa Eva, orondos, ociosos y retozones en un campo de altas, suaves, verdes y frescas hierbas, crecidas con las gotas más puras y cristalinas del rocío mañanero del Paraíso Divino , cuando a la dulce y hermosa Eva la llamada del hambre le acecho. Ocupaba se el gallardo Adán de recolectar lustrosos y turgentes frutos para así a su compañera de Paraíso poder agradar, recorriendo caminos, campos y jardines terrenales con total diligencia y prestancia de forma totalmente desinteresada. Tal tarea le ocupaba cuando Adán, de porte robusto, compacto y lustroso, atisbó en la lejanía del huerto sobre el que ejercía su digna tarea, las curvas rotundas e incitadoras de su divina compañera. Decidió pues nuestro divino gallardo poner rumbo al manzano bajo el que Eva, Diosa en su hermosura, decidió procurar fecundo alimento. Admiró se el Robusto joven, al acercarse, de la situación.
    Eva, divina, hermosa, admiraba se de una jugosa, prieta y brillante manzana que bajo sus pies se encontraba, e hizo pues el amago de curvar su radiante figura con objeto de extender un brazo y alcanzar se tan turgente y lustroso alimento. En tal movimiento la Parra, hoja divina, abanderada de la conservación del pudor divino, abanderada de éste nuestro recato cristiano, protectora de la tentación, instrumento ingeniosamente ideado por Dios en aras de una vida saludable espiritualmente, libre de pecado y lascivia, cayó por la inclinación en el movimiento de alcance al fruto. En tal percance, nuestro Adán se ve deslumbrado por una lustrosa y hermosa castaña que asoma entre ambas piernas de la dulce Eva, siente éste la tentación de embestir rotunda y vigorosamente al ver que su hoja de Divina Parra, ya no se agarraba al centro de su universo en posición vertical, ahora yacía en posición horizontal sobre tan Divina rama. Tan viril, decidida y repentina fue la embestida del gallardo, que al no controlar bien el equilibrio, la dulce Eva cayó con la boca abierta de par en par, por el gemido vigoroso que se disponía a soltar, sobre la lustrosa manzana, quedando ésta encajada en su boca, inmovilizándola, pues era tal la apertura de su mandíbula que no le permitía mover músculo facial. Hallaba se ocioso el apuesto Adán erguido y activo sobre la fecunda Eva, cuando en un momento de sollozos y aullidos irrumpe la Ira del Señor, del Divino, del Todo Poderoso. Nuestro valiente Adán salta del interior del vientre de Eva, hermosa, divina, y haciendo gala de la cobardía del hombre en tales circunstancias, corre asustado a refugiarse tras el manzano que les precedía, dejando a Eva a su merced. Dios, Él, que en acercándose vio la situación desató toda su Divina ira y rabia sobre el pobre y asustado Adán, Ira que consistía en señalar con el dedo directamente al objeto de pecado, amenazando así con volver a señalarlo si se diera la necesidad de nuevo. Tal fue la suerte de Adán que al hacer Dios éste movimiento, una sencilla, despistada e inocente serpiente que deslizaba a lomos del manzano camino del suelo, se vio sorprendida repentinamente por el acoso de la Ira Divina de Dios, pues un dedo índice le apuntaba directamente a ella, amenazando con volver a apuntar dadas de nuevo las circunstancias necesarias. El robusto y valiente Adán, acobardado, y con su objeto definitorio escondido tras los dibujos y diseños que la serpiente vestía, decidió dar media vuelta recoger su Divina e indispensable Parra y echar a correr con todas sus fuerzas y ganas hasta que Eva, divina, hermosa, inteligente, se hubiese hecho cargo de la situación. Dios, que en sabiduría supera a todo lo conocido y por conocer, ordenó irrefutablemente a Eva que se procurara de nuevas hojas de parra con las que recobrar su dignidad femenina, si es que todavía quedara algo de sobra después de tal provocación, ya que culpaba el Divino a la dulce habitante del Paraíso de haber provocado deliberadamente al débil y cobarde Adán. Indicó le pues a la mujer más hermosa de la tierra entonces , el camino a seguir para encontrar la Parra más cercana y procurar pues, ser lo más breve posible en tal diligencia. Eva, inocente, dulce y hermosa, al acercarse a la Parra, Divina Parra, intentó se alcanzar de hojas con las que proveerse. Cuando de repente, y de un estruendo irrumpe Adán, ahora sí valiente y gallardo, tras ella. En aras de evitar de nuevo la ira del señor, Eva, joven e inocente, de un salto se sube y cuelga de la Parra, alejándose pues del alcance del insaciable Adán, quedando así suspendida y para siempre en la Parra.

    Reflexión. Esto viene a explicar de una manera coherente y realista el porqué de muchas cuestiones que los hombres nos hacemos, como por ejemplo el porqué las mujeres están siempre, o por norma general en la parra.
    Justifica la cobardía masculina de una manera Divina y aceptable por la comunidad humana. (Masculina)
    Aclara la proveniencia de la libido y lascivia inherentes a casi la totalidad de los hombres que en nuestro mundo rondan, han rondado y rondarán.
    Explica el desencuentro de apetencias libidinosas entre ambos polos de la humanidad.
    Cabe pues hacerse las siguientes preguntas: ¿Porqué Dios nos dotó a los hombres de una estupida, absurda e inservible libido?, ¿No habría sido mejor que El Padre nos hubiera brindado unas hectáreas de alegres castañales, repletos de orondas, brillantes y divinamente esculpidas castañas con las que recrearse en solitario? De esa manera el hombre habría solucionado su problema de apetencias y lascivia, la mujer podría bajar definitivamente de la parra sin tener que preocuparse de ser deseada o perseguida con fines libidinosos, y podrían ambos dedicarse para siempre a la vida contemplativa, en el caso del hombre, contemplando alegres castañales, brillantes y relucientes, en el caso de la mujer, no queda claro en el texto qué es lo que contempla la mujer, de cualquier forma a que contemple lo que sea que contempla.

    12:20 p. m.

    1 Comments:

    Anonymous Anónimo said...

    qué fumas? dónde lo venden?

    3:54 p. m.

     

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